Seguidores

x

Tódo para el blog

sábado, 4 de diciembre de 2010

Cachiyacu

Hay muchos ríos en la selva que han sido bautizados con la palabra compuesta cachiyacu provenientes del vocabulario quechua: cachi - sal , yacu- agua. El sabor de las aguas de estos ríos es ligeramente salado. A lo largo del cause se ubican numerosas "collpas" y minas de sal.

A las "collpas" llegan las diferentes especies de aves y animales a beber y lamer la tierra con un alto contenido de sal indispensable para favorecer y complementar su nutrición. Por estas collpas desfilan bandadas completas de garzas, loros y papagayos. La selva se anima con un exótico concierto de mugidos, aullidos, rugidos, cantos, y gorgeos que se funden a las notas que emiten las cascadas que lavan las colinas de sal.

En el cause de algunos de estos ríos se alzan colinas blanco- transparentes, privas de vegetación. Es la sal en forma de roca que aflora de la montaña abriéndose paso a través de la falda terrosa, son las famosas minas de sal. El poblador selvático recurre a estos lugares para poveerse de pedazos de estas piedras de sal que los usará para complementar su alimentación. En otros casos, como en las minas de sal de Soritor, para refinarlas artesanalmente y luego comercializarla.

Es clásico usar estas piedras para triturar el plátano asado o sacochado en la elaboración del delicioso tacacho. Generalmente trozos de piedras de sal van siendo disueltas paulatinamente para dar sabor a las comidas.

El lecho y el cauce de estos ríos estan poblados de numerosas piedras de afilar. El campesino selvático, de vuelta a casa, porta consigo, junto a las piedras de sal, una de afilar, que la usará para sacar filo a sus herramientas de trabajo. Machetes, hachas, azadones y palanas afiladas de este modo, son de gran ayuda para vencer la fuerza tenaz de las malezas que invaden lo cultivos.

Existen tantos cachiyacus, para diferenciarlo uno del otro, han agregado a modo de apellido otra palabra, por ejemplo cachiyacu de shapaja, cachiyacu de lupuna, etc.

Hablando de estos temas, he recordado que se ha terminado mi cecina para comer con su tacacho. Así que mientras ustedes van leyendo esta curiosidad, me voy a montear, haber si tengo suerte en cazar un venado en la collpa del Cachiayacu de Lupuna.

Hasta el próximo post.