Seguidores

x

Tódo para el blog

jueves, 12 de noviembre de 2009

Amanecer selvático

Cuando los primeros rayos del sol se anuncian detrás de las colinas boscosas, es la hora habitual de la nube de alas verdes, que es el vuelo ceremonioso y bullanguero de loros y guacamayos que inundan la extensa jungla con su graznido. Parten en búsqueda de los shimbillos que se esconden en la maraña de la amazonía y de las collpas que se desnudan a las orillas de los ríos. Pronto seguirán las garzas blancas y moras que irán a pasearse gallardas en cochas y ríos en espera de haber fortuna en la pesca de alevinos.

El amanecer selvático se engalana con los colores de las floraciones de los árboles que marcan su territorio con el amarillo del palo blanco; el lila de la papaya caspio y de las wimbas; el rojo del árbol del fuego y de las lianas; y el blanco de las caobas, copaibas y tornillos .

Los distintos aromas a su turno deleitan hasta el éxtasis al observador. Pronto llegaran las abejas a polinizar las flores. El mundo selvático se despierta con las orugas que miden la extensión de las hojas y ramas, con la inquieta caravana de hormigas que suben y bajan los árboles con su cargamento de retaceadas hojas que transportan hasta el escondrijo de sus madrigueras.

Tantahua, tantahua, es el canto del ave que anuncia la cercanía del río que es como  una serpiente de agua que se engrosa con las lluvias de las serranías. Esta llegando la época en que el bosque se inundara con las aguas del Huallaga. Los árboles y lianas parecerán un macetero gigante regado por las aguas marrones que enriquecerán el suelo con el nutritivo limo que se mezclara con las hojas secas y putrefactas.

Los nativos madrugan y  se dan apuro en cosechar los últimos granos del maíz y el arroz, después de la gran llojllada podría ser muy tarde. Es tiempo de alistar la canoa para ir al bosque a cazar los conejos, congompes y otros animales que darán su carne para la deliciosa cecina.

El tambo con su emponado y su techo de shapaja esta preparado para sufrir los embates de los vientos y las lluvias tropicales.

Otra vez las yacumamas volverán, en la riada cercana al tambo, a danzar el ritual nupcial, entre las cañas de azúcar inundadas hasta el cogollo. Otra vez volverán los miedos a las mordeduras de las serpientes.

Autor: Jíbaro

No hay comentarios :